Saber por qué te ocurre lo que te ocurre, puede generar un alivio en muchos casos, incluso puede ser de gran ayuda a la hora de dar un sentido, resignificar y comprender lo que sientes.
Indicadores de baja autovaloración
Un déficit en las conductas de autocuidado es un indicador de baja autovaloración en las personas.
Algo que puede resultar obvio para algunos, como poner límites, escuchar las propias necesidades, cuidar la salud, no tener conductas autodestructivas o alimentarse de manera saludable, pasa totalmente desapercibido para otros.
Esta omisión de conductas de autocuidado no se debe al descuido, dejadez, o poca voluntad, como muchos creen.
Para saber de dónde viene esto, es importante saber cómo incorporamos las conductas de autocuidado.
Cómo se incorporan las conductas de autocuidado
Los seres humanos aprendemos a cuidarnos a partir de los cuidados que recibimos en nuestra infancia. Estos son internalizados y reproducidos en nuestra adultez. Es decir, cuánto nos cuidemos, con cuánto cariño nos tratemos, cómo nos veamos, va a depender de cómo sentimos que fuimos cuidados, mirados y valorados en nuestra infancia.
Los déficits en los cuidados de la primera infancia no se limitan a casos en los que han existido malos tratos. Es esperable, por ejemplo, que una madre depresiva no pueda ser lo suficientemente asertiva en el cuidado del menor o que tenga dificultades para leer y satisfacer las necesidades emocionales del niño. También observamos esto en casos donde los progenitores están tan preocupados por sus propios problemas que, muchas veces, hasta las expresiones emocionales del niño, se convierten en un problema.
Esta experiencia altera la percepción de la propia valía del niño, y estos cuidados que no llegaron, serán cuidados de los que el niño se privará en la adultez.
Cuáles consideramos conductas de autocuidado
Anabel González y Dolores Mosquera (2015) en su libro “EMDR y disociación, el abordaje progresivo”, enumeran los elementos de un patrón de autocuidado sano:
- Mirarse a uno mismo con los mejores ojos posible.
- Mirarse a uno mismo con ojos realistas.
- Reconocer y validar las propias necesidades.
- Protegernos de modo adecuado, es decir, establecer y entender la necesidad de límites.
- Alcanzar un equilibrio entre nuestras necesidades y las de los demás.
Estas autoras ofrecen una escala para evaluar los patrones de autocuidado. Los ítems te darán una idea de cuáles son las conductas relacionadas con este: